Samuel Beckett.
(Dublín, 1906-París, 1989) Novelista y dramaturgo
irlandés. Estudió en la Portora Royal School, y luego, ingresó en el Trinity
College de Dublín, donde obtuvo la licenciatura en lenguas románicas. En París escribió
un ensayo crítico sobre Marcel Proust y conoció a su compatriota James Joyce.
En 1942, huye de la Gestapo para afincarse en el
sur de Francia, que estaba libre de la ocupación alemana, donde escribió su
novela Watt. Finalizada la contienda, se entregó de lleno a la
escritura: terminó la trilogía novelística Molloy, Malone muere y
El innombrable, y escribió dos `piezas de teatro
La difícil tarea de encontrar editor se resolvió en 1951, cuando su compañera,
Suzanne Deschevaux-Dumesnil, que más tarde se convertiría en su esposa, encontró
uno para Molloy. El éxito de esta novela propició la publicación de
otras, y en especial dio pie a la representación de Esperando a Godot en
el teatro Babylone de París; el resonante éxito de crítica y público que obtuvo
la obra le abrió las puertas de la fama.
Rompió con
las técnicas tradicionales dramáticas y la nueva estética que propuso le
acercaron a Ionesco, y provoco la etiqueta de teatro del absurdo. Se trata de un teatro sin
acción ni trucos escénicos, con decorados desnudos de carácter simbólico,
personajes esquemáticos y diálogos apenas esbozados. Es la apoteosis de la
soledad y la insignificancia humanas, sin el menor atisbo de esperanza.
La segunda guerra mundial produjo una fuerte
sacudida de las conciencias. Esa masacre inútil hizo tambalear todos los
valores, la fe en el hombre y en el futuro de la humanidad; asi mismo los
intelectuales buscaron nuevos derroteros para salvar lo poco que quedaba en los rescoldos de la hoguera.
Una de las consecuencias del conflicto fue la aparición
del pensamiento existencialista preguntándose
sobre el destino del hombre en un mundo donde prevalecía el absurdo y el sin
sentido. Esta filosofía ocupo rápidamente el arte y la literatura y el teatro: Los
primeros frutos del Existencialismo en esta rama de la cultura fue el teatro
del absurdo cuyo primer representante fue Eugene Ionesco con “La Cantante Calva”.
Este teatro propuso una visión de la realidad como algo sin sentido dentro del
cual se desarrollaba la vida humana carente de significado y finalidad.
Aparece luego “Esperando a Godot”, del dramaturgo
Irlandés Samuel Beckett, que constituye una obra maestra del teatro contemporáneo.
La Frase
Casi al final del primer acto, Didi y Gogo esperan a Godot a un lado
del camino, en la monotonía del páramo, apenas rota por el árbol que nace a un
lado de ellos. El Muchacho acaba de irse, luego de avisarles que Godot no
llegará ese día. Súbitamente se hace de noche y, bajo una luna pálida, Gogo
parafrasea un par de versos de "A la luna", de Shelley. (Beckett sólo
incluyó ese pasaje en la versión inglesa.) El poema íntegro dice:
“¿Estás pálida de hastío
de escalar el cielo y contemplar
la tierra,
vagando sin compañía
entre estrellas de orígenes distintos,
y siempre cambiando, como un ojo
sin alegría
que no encuentra un objeto digno de
su constancia?”
de escalar el cielo y contemplar
la tierra,
vagando sin compañía
entre estrellas de orígenes distintos,
y siempre cambiando, como un ojo
sin alegría
que no encuentra un objeto digno de
su constancia?”
“Silencio.
VLADIMIRO da un repentino salto hacia delante y el muchacho se
escapa como
una flecha. Silencio. El sol se pone; sale
la luna. VLADIMIRO permanece inmóvil.
ESTRAGON se
despierta, se descalza, se levanta con los zapatos en la mano y los pone ante
la batería; va hacia VLADIMIRO y le
mira.)
ESTRAGON.-¿Qué
te pasa?
Ensoñadoramente,
el enterrador prepara sus herramientas. Hay tiempo para envejecer. El aire está
lleno de nuestros gritos. (Escucha.) Pero la costumbre los
acalla. (Mira a ESTRAGON.) A mí también me mira otro, diciéndose: —Duerme y no sabe que duerme.“
(Pausa.) No puedo continuar. (Pausa.) ¿Qué he dicho? (Va de un lado a otro
agitadamente; al fin se para junto al lateral izquierdo y mira a lo lejos.)
(Por la
derecha entra el MUCHACHO del día anterior. Se para. Silencio.)
MUCHACHO. ~Señor...
(VLADIMIRO se vuelve.) Señor Alberto...
VLADIMIRO.-Vuelta
a empezar. (Pausa. Al MUCHACHO.) ¿Me reconoces?
MUCHACHO.-NO,
señor.
VLADIMIRO.-¿Viniste
ayer?
MUCHACHO.-No,
señor.
VLADIMIRO.-¿Es
la primera vez que vienes?
MUCHACHO.-Sí,
señor.
(Silencio.)
VLADIMIRO.
-¿De parte de Godot?
MUCHACHO. Sí,
señor.
VLADIMIRO.-¿No
vendrá esta noche?
MUCHACHO.-NO,
señor.
VLADIMIRO.-Pero
¿vendrá mañana?
MUCHACHO.-Sí,
señor.
VLADIMIRO.-¿Con
toda seguridad?
MUCHACHO.-Sí,
señor.
(Silencio.)
VLADIMIRO.-¿Te
has encontrado con alguien?
MUCHACHO.-NO,
señor.
VLADIMIRO.-Otros
dos... (Duda.) Hombres.
MUCHACHO.-No
he visto a nadie, señor
(Silencio.)
VLADIMIRO.-¿Qué
hace el señor Godot? (Pausa.) ¿Oyes?
MUCHACHO.-Sí,
señor.
VLADIMIRO.-Y
¿qué?
MUCHACHO.-No
hace nada, señor.
(Silencio.)
VLADIMIRO.-¿Cómo
está tu hermano?
MUCHACHO.-Está
enfermo, señor.
VLADIMIRO.-Quizá
fuera él quien vino ayer.
MUCHACHO.-No
lo sé, señor
(Silencio.)
VLADIMIRO.-¿Tiene
barba el señor Godot?
MUCHACHO.-Sí,
señor.
VLADIMIRO.-¿Rubia
o... (Duda.) morena?
MUCHACHO.-(Dudando.)
Me parece que es blanca, señor.
(Silencio.)
VLADIMIRO.-Misericordia.
(Silencio.)
MUCHACHO.-¿Qué
debo decirle al señor Godot, señor?
VLADIMIRO.-Dile...
(Se corta.) dile que me has visto y que... (Medita.), que me has visto. (Pausa.
VLADIMIRO
avanza y el MUCHACHO retrocede. VLADIMIRO se para y el MUHACHO también.) Dime: ¿Estás seguro de haberme visto?
(Silencio.
VLADIMIRO da un repentino salto hacia delante y el muchacho se
escapa como
una flecha. Silencio. El sol se pone; sale la luna. VLADIMIRO permanece
inmóvil.
ESTRAGON se
despierta, se descalza, se levanta con los zapatos en la mano y los pone ante
la batería; va hacia VLADIMIRO y le
mira.)
ESTRAGON.-¿Qué
te pasa?”
La Obra
Leyendo a “Esperando a Godot”, su particular puesta
en escena, me trae a la memoria las
campañas políticas donde los candidatos
ofrecen de todo, y sus ofertas, después del triunfo electoral, nunca llegan. Es
guardadas las distancias de interpretación como la definición de estupro: “prometer
para meter y después de metido no cumplir lo `prometido”.
“Esperando a Godot” se divide en
dos actos en los que aparecen dos personajes vagabundos, Vladimir y Estragón
que esperan inútilmente junto a un camino a Godot. Los asistentes a la representación
nunca llegaremos a saber quién es este sujeto, ni qué tipo de asunto ha de
tratarse con él, y, por supuesto, nunca aparece. Mientras esperan, Vladimir y Estragón
hablan entre si, hacen juegos circenses y proyectan suicidarse. En cada acto se
encuentran, también, con el tirano Pozzo y su esclavo Lucky. Aparece también
un joven que avisa a los protagonistas de que
Godot no vendrá hoy, pero mañana seguro que si…
El argumento de la obra,
aparentemente sin sentido, revela la condición de los personajes, su vacio vital,
su desesperanza, el sin sentido de la vida. En síntesis, la obra es un angustioso interrogante sobre el sentido de
la vida y la esperanza, una esperanza que siempre será vana e inútil.