"UN HOGAR SIN LIBROS ES COMO UN CUERPO SIN ALMA"
"VEO QUE ME HA SUCEDIDO LO MISMO QUE OCURRE A LOS MANUSCRITOS PEGADOS EN SUS ROLLOS TRAS LARGO TIEMPO DE OLVIDO:HAY QUE DESENROLLAR LA MEMORIA Y DE VEZ EN CUANDO SACUDIR TODO LO QUE ALLÍ SE HALLA ALMACENADO"
SENECA-

viernes, 28 de octubre de 2011


JULIO VERNE



Julio Verne nació en Nantes, Francia, el 8 de Febrero de 1828. Fue el primogénito de Pierre Verne, un abogado burgués hijo a su vez de un juez.
Verne estudió leyes en París. Sus inicios como escritor no son muy afortunados. Escribe algunas piezas de teatro y comedias que apenas logra divulgar.
En 1850 escribe una comedia ligera, Las pajas rotas que logra estrenar en París con modesto éxito. En 1857 se casa con Honorine de Viane, viuda de Morel y madre de dos hijas..
A principios de 1863 aparece Cinco Semanas en Globo, con un éxito de público extraordinario. Durante varios días, visita a quince editores que rechazan su obra, pero por fin va a ver a Jules Hetzel. El excéntrico editor cree en él y le aconseja algunos cambios. Firman un contrato por veinte años para tres novelas anuales y Verne le da a la colección el título de Viajes Extraordinarios.
Apasionado de los viajes y la ciencia, elementos fundamentales en su obra, Verne despertó vivamente el interés por la ciencia y los inventos en el siglo XIX. Documentaba sus fantásticas aventuras y predijo con asombrosa exactitud muchos de los logros científicos del siglo XX. Habló de cohetes espaciales, submarinos, helicópteros, aire acondicionado, misiles dirigidos e imágenes en movimiento, mucho antes de que aparecieran estos inventos.
Obras como Un Viaje al Centro de la Tierra (1864) y La Vuelta al Mundo en Ochenta Días (1873), revelaron su talento al mezclar la ficción propia de la novela  con los descubrimientos científicos de su propio tiempo adelantándose, inclusive, a su época.

Las obras de Verne han sido llevadas al cine en numerosas ocasiones. La primera adaptación cinematográfica de Un viaje a la Luna fue realizada por el pionero cineasta francés Georges Méliès.
Julio Verne muere en Amiens el 24 de marzo de 1905. Trabajaba, entonces,  en una novela que llamaría La Visión del Mar, en la  que las aguas invadirían Europa arrasándolo todo a su paso. Otra novela póstuma es El Eterno Adán.






Para entender  mejor el entorno histórico y científico del siglo XIX en el que Verne vivió, baste citar que el novelista es contemporáneo de Darwin (1809-1882), Mendel (1822-1884), Pasteur (1822-1895), Koch (1843-1910), Maxwell(1831-1879), Hertz (1857-1894), Humboldt (1769-1859), Marx (1818-1883). Roentgen (1845-1923) y Planck (1858-1949).

La Frase:


No me enorgullece particularmente haber escrito sobre el automóvil, el submarino, el dirigible, antes de que estuvieran en el dominio de las realidades científicas. Cuando hablé de ellos en mis libros como de cosas reales, ya estaban inventadas a medias”.

“Todo lo que yo invento, todo lo que yo imagino, quedará siempre más acá de la verdad, porque llegará un momento en que las creaciones de la ciencia superarán a las de la imaginación”.

“Qué gran libro se podría escribir con lo que se sabe. ¡Otro mucho mayor se escribiría con lo que no se sabe!”

                                                                                      Julio Verne



La Obra:


Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino.


Este detallado clásico de ciencia ficción del siglo XIX  se abre con un recuento de varios rumores acerca de un gigantesco monstruo marino que ha confundido y aterrorizado a marinos alrededor de los océanos del mundo. El  narrador es el profesor Arronax, un profesor francés de Historia Natural, que ha sido enrolado  por el gobierno francés para unirse a una expedición internacional para capturar y destruir al monstruo. Está acompañado por Conseil (su  sirviente ) y a bordo del buque “US Abraham Lincoln” por su amigo Ned Land, un arponero canadiense experimentado  y entusiasta. Luego de meses en el mar  se encuentran con el “monstruo”. Durante la larga persecución el buque sufre una colisión y el profesor Arronax es tirado al agua. Conseil salta para rescatarlo y ambos nadan tratando de alcanzar el buque. Finalmente son acarreados a la costa por Ned, quien también fue lanzado al agua pero que cayó sobre la misma cosa que  habían estado persiguiendo todo este tiempo.  Los protagonistas de esta historia son encerrados en un cuarto oscuro, varios días, hasta que finalmente el capitán del extraño barco  aparece.  Entrevista a los cautivos  en tres idiomas diferentes hasta que finalmente se presenta a si mismo como  El  Capitán Nemo, constructor de  el buque submarino Nautilos para escapar del ‘mundo de los hombres. Debido al secreto del buque y a que este esta en constante movimiento el profesor y sus acompañantes deben permanecer cautivos prisioneros del capitán y nunca regresar a tierra firme. Mientras sus compañeros pierden la paciencia   el profesor siente  curiosidad acerca del capitán y su nave sin darle importancia a estar encarcelado y mira  su retención como una  oportunidad científica. Durante el  largo viaje nuestros personajes  presencian las maravillas del fondo marino.

 Viajan por un conducto submarino entre el mar rojo y el mediterráneo; descubren colonias de perlas y el capitán lleva al profesor hasta la ciudad perdida de Atlantis. La más trágica de estas aventuras es un encuentro con otro barco donde en plena batalla uno de los hombres del capitán es herido de muerte y luego enterrado en lo profundo del mar. El Capitán  Nemo les revela su ambición de ser el primer hombre en llegar al polo sur. Realizan la travesía y planta su propia bandera en el Polo. El viaje es tan azaroso que  el Nautilos queda atrapado bajo  témpanos de hielo y les es imposible subir a la superficie por aire. Todos los navegantes se turnan  para excavar el hielo compartiendo las limitadas provisiones de aire que queda en los tanques. Las acciones de los personajes en este desafío revelan  la fuerza y el coraje de Ned, la dedicación de Conseil hacia su amo y la lealtad del capitán hacia su tripulación. El incidente de los icebergs es seguido por el ataque de un calamar gigante en el que muere otro miembro de la tripulación, seguido a su vez por una batalla con otro buque el cual es destruido por el nautilo. Todos estos sucesos  hacen que Ned se  decida a escapar. Cuando están cerca de la costa de Noruega se roba uno de los botes de remo y escapa junto a Conseil y el Profesor. En su viaje hacia la costa enfrentan una terrible tormenta pero sobreviven y el profesor jura contarle al mundo su extraordinario viaje de diez meses en el misterioso buque. Su pensamiento final es desear que el Capitán Nemo, si es que está con vida, encuentre la paz que tanto necesita.






jueves, 27 de octubre de 2011


MARCEL  PROUST (1871- 1922)



Escritor francés nacido en París, el 10 de julio de 1871. Perteneciente a una familia acomodada, se cría en ambientes refinados y exclusivos que se reflejan en su obra.

De frágil salud, recibió una esmerada educación, dando  muestras de una gran inteligencia y sensibilidad. Estudió en el Liceo Condorcet y después derecho en la Sorbona y en la Facultad de Ciencias Políticas. Frecuentó las tertulias literarias, lo que le dió la pauta para realizar un análisis psicológico de cada personaje de sus novelas, logrando un sinfín de caracterizaciones que abarcan los diversos matices del ser humano.

 En 1896 publicó su primera obra, Los placeres y los días  un volumen de ensayos que pasó inadvertido, aunque en él ya muestra dotes de observador para reproducir las impresiones recogidas en los salones de la ciudad.

En 1913 pública En busca del tiempo perdido, monumental novela, de 3000 páginas, en siete partes, considerada como una de las cumbres de la literatura universal. Constituye un estudio psicológico de la vida y el mundo que rodeó al autor y describe con minuciosidad la vida física y, sobre todo, la vida mental de un hombre ocioso que se mueve entre la alta sociedad.

 La obra se convierte en un largo  monólogo interior en primera persona. El primer volumen, Por el camino de Swann, fue publicado en 1913. A éste siguieron A la Sombra de las Muchachas en Flor, El Mundo de Guermantes (1920-21), Sodoma y Gomorra (1921-22), La Prisionera(1923), Albertine desaparecida y El Tiempo Recobrado (1925)(1927). Las tres últimas partes, que dejó manuscritas, se publicaron después de su muerte.

Aquejado de asma desde su infancia, a los 35 años se convirtió en un enfermo crónico. Pasó el resto de su vida recluido, sin abandonar prácticamente nunca la habitación revestida de corcho donde escribió su obra maestra.



La Frase:

“Mucho tiempo he estado acostándome temprano. A veces

apenas había apagado la bujía, cerrábanse mis ojos tan presto, que ni

tiempo tenía para decirme: «Ya me duermo» . Y media hora después

despertábame la idea de que ya era hora de ir a buscar el sueño; quería

dejar el libro, que se me figuraba tener aún entre las manos, y apagar de

un soplo la luz; durante mi sueño no había cesado de reflexionar sobre

lo recién leído, pero era muy particular el tono que tomaban esas

reflexiones, porque me parecía que yo pasaba a convertirme en el tema

de la obra, en una iglesia, en un cuarteto, en la rivalidad de Francisco

I y Carlos V. Esta figuración me duraba aún unos segundos

después de haberme despertado: no repugnaba a mi razón, pero

gravitaba como unas escamas sobre mis ojos sin dejarlos darse cuenta

de que la vela ya no estaba encendida. Y luego comenzaba a hacérseme

ininteligible, lo mismo que después de la metempsicosis pierden su

sentido, los pensamientos de una vida anterior; el asunto del libro se

desprendía de mi personalidad y yo ya quedaba libre de adaptarme o no

a él; en seguida recobraba la visión, todo extrañado de encontrar en

torno mío una oscuridad suave y descansada para mis ojos, y aun más

quizá para mi espíritu, al cual se aparecía esta oscuridad como una cosa

sin causa, incomprensible, verdaderamente oscura. Me preguntaba

qué hora sería; oía el silbar de los trenes que, más o menos en la

lejanía, y señalando las distancias, como el canto de un pájaro en

el bosque, me describía la extensión de los campos desiertos, por

donde un viandante marcha de prisa hacía la estación cercana; y el

caminito que recorre se va a grabar en su  recuerdo por la excitación

que le dan los lugares nuevos, los actos desusados, la charla reciente,

los adioses de la despedida que le acompañan aún en el silencio de la

noche, y la dulzura próxima del retorno.

Apoyaba blandamente mis mejillas en las hermosas mejillas de

la almohada, tan llenas y tan frescas, que son como las mejillas mismas

de nuestra niñez. Encendía una cerilla para mirar el reloj.

Pronto serían las doce. Este es el momento en que el enfermo

que tuvo que salir de viaje y acostarse en una fonda desconocida,

se despierta, sobrecogido por un dolor, y siente alegría al ver una rayita

de luz por debajo de la puerta. ¡Qué gozo! Es de día ya”.



La Obra:

En Busca del Tiempo Perdido.

Ya de entrada, el titulo, nos indica a donde vamos a sumergirnos: Si, en el siglo XX, el siglo donde el tiempo pasa raudo, donde las cosas y los hechos se suceden  sin darnos tiempo a mayores reflexiones, el siglo en que todo se ha convertido en instantáneo, y, Proust tuvo el ingenio de captarlo para mostrárnoslo, claro, en 3000 Ypáginas, para que nos diéramos tiempo de entender que tenemos que reencontrarnos con el tiempo perdido, con la vida y con la muerte, con los amigos y con los recuerdos de la infancia, con el dolor , la alegría o el aburrimiento,¡ ah !, y con la convicción de que el tiempo no existe, o si, que existen muchos tiempos de conformidad  a COMO VAMOS ENVEJECIENDO, que cada día que pasa es un tiempo nuevo y que, al fin y a la postre, somos nosotros los que decidimos el tiempo, el instante que preferimos, en síntesis, la vida que  queremos.

En busca del tiempo perdido no es novela de una sola faceta, sino de muchas: sobre unos parámetros  de partida parcialmente autobiográficos, Proust consigue una narración iniciática, el reflejo crítico de toda una sociedad, una novela psicológica, una obra simbólica, el análisis de inclinaciones sexuales hasta entonces prohibidas, una reflexión sobre la literatura y la creación artística.

Su lectura no es fácil dado que, a menudo, escribe frases demasiado largas que cuesta asimilarlas de una  sola vez y que, por ello, exigen su relectura, dejo consignada aquí una como ejemplo:

“Sofá surgido del sueño entre los sillones nuevos y muy reales, unas sillas pequeñas tapizadas de seda rosa, tapete brochado a juego elevado a la dignidad de persona desde el momento en que, como una persona, tenía un pasado, una memoria, conservando en la sombra fría del salón del Quai Conti el halo de los rayos de sol que entraban por las ventanas de la Rue Motalivet (a la hora que él conocía tan bien como la propia madame Verdurin) y por las encristaldas puertas de La Raspèhere, adonde la habían llevado y desde donde miraba todo el día, más allá del florido jardín, el profundo valle de la mientras llegaba la hora de que Cottard y el violinista jugaran su partida; ramo de violetas y de pensamientos al pastel, regalo de un gran amigo va muerto, único fragmento superviviente de una vida desaparecida sin dejar huella, resumen de un gran talento y de una larga amistad, recuerdo de su mirada atenta y dulce, de su bella mano llena y triste cuando pintaba; un arsenal bonito, desorden de los regalos de los fieles que siguió por doquier a la dueña de la casa y que acabó por adquirir la marca y la fijeza de un rasgo de carácter, de una línea del destino; profusión de ramos de flores, de cajas de bombones que, aquí como allí, sistematizada su expansión con arreglo a un modo de floración idéntico: curiosa interpolación de los objetos singulares y superfluos que aún parece salir de la caja en la que fueron ofrecidos y que siguen siendo toda la vida lo que en su origen fueron, regalos de Año Nuevo, en fin, todos esos objetos que no sabríamos diferenciar de los demás, pero que para Brichot, veterano de las fiestas de los Verdurin, tenían esa pátina, ese aterciopelado de las cosas a las que añade su doble espiritual, dándoles así una especie de profundidad; todo esto, disperso, hacía cantar para él, como teclas sonoras que despertaran en su corazón semejanzas amadas, reminiscencias confusas y que en el salón mismo, muy actual, donde ponían su toque acá y allá, defininían, delimitaban muebles y tapices, como lo hace en un día claro un cuadrado de sol seccionando la atmósfera, los tapices y de un cojín a un jarrón, de un taburete al rastro de un perfume, perseguían con un modo de iluminación en el que predominaban los colores, esculpían, evocaban, espiritualizaban, daban vida a una forma que era como la figura ideal, inmanente en sus viviendas sucesivas, del salón de los Verdurin”.


Y es que para leer a Proust hay que tomárselo con calma. Como decía el hermano del autor, “lo triste es que las personas tengan que estar muy enfermas o tengan que haberse roto una pierna para disfrutar de la ocasión de leer En busca del tiempo perdido”.

Siempre debemos tener presente que los libros asi de  largos, como afirma Richard Kapuscinsky, "tienen un aspecto tentador; son como una invitacion a una mesa llena de manjares".

martes, 25 de octubre de 2011


ARISTOTELES

Así como Platón, es el fundador de la dialéctica ( encontrar la contradicción en la esencia de las cosas y no en el argumento del contrario como hacían los sofistas), su discípulo Aristóteles, es el fundador del sistema filosófico más poderoso del mundo antiguo, enraizado en las ciencias de su época, a cuyo desarrollo contribuyó en primera línea: ciencias biológicas, ciencias políticas, lógica formal. También es el creador de la teología natural y del monoteísmo filosófico, sobre el cual se apoyarían ulteriormente la teología judía, la cristiana y la musulmana.

 Nacido en Estagira (en el reino de Macedonia) hacia 384/383 a.n.e. –por lo que también se le conoce como el Estagirita .Su tutor Próxeno decidió llevarle a Atenas, para incorporarle a la Academia, donde fue discípulo de Platón durante veinte años (entre 367-366 y 347-346). A la muerte de Platón.  Aristóteles se trasladó junto con Jenócrates a la ciudad de Assos, donde dirigió una escuela platónica. Se asentó luego en Mitilene (345-343), de donde pasó a la corte del rey Filipo de Macedonia, donde fue preceptor de Alejandro, el heredero, hasta que en 340 asumió el poder. Hacia 335 regresó Aristóteles a Atenas, y en competencia con la Academia fundó su propia escuela, en los jardines públicos del santuario dedicado a Apolo Liceo, de donde fue conocida como Liceo, y peripatéticos sus discípulos (por pasear bajo el perípatos, o paseo cubierto del jardín).



La frase

“Es posible que la mayoría, en la que cada individuo no es un hombre de talento, sea colectivamente superior a un grupo pequeño de los mejores… Siendo grande el número total, es posible que cada uno de sus componentes posea una parte de virtud y de prudencia… De esta manera, el público es mejor juez que los críticos, aun en composiciones musicales y poéticas: porque  algunos juzgan una parte determinada, y otros una parte distinta, y todos juzgan colectivamente el todo… De acuerdo con esta teoría no es aconsejable confiar a las masas la responsabilidad y la autoridad  final para elegir funcionarios del estado. Es probable, sin embargo, que esta forma de argumentar adolezca de algún error; en parte, a menos que el carácter de las masas sea absolutamente servil, por la razón ya aducida de que, aunque individualmente sean jueces inferiores a los expertos, en su capacidad colectiva son superiores o por lo menos iguales a ellos; y en parte porque existen algunos temas sobre los que no es el artista el único o el mejor juez, como por ejemplo  todos aquellos aspectos cuyos resultados están abiertos a la crítica legítima  de personas que no son maestros en ese arte. Así no es solo el constructor el llamado  a juzgar de los meritos de una casa; la persona que la usa, es decir el que vive en ella,  es mejor juez; de la misma manera, un piloto es mejor juez de las condiciones de un timón  que el carpintero que lo ha hecho, o un asistente a un banquete apreciara la comida mejor que el cocinero que la cocinó”… “ La virtud de un Ciudadano puede definirse como una relación practica, tanto como gobernante cuanto como súbdito, con las características, gubernativas,  de una comunidad libre”.

Aristóteles, (Política, III



La Obra:

La Política

Para Aristóteles el hombre es un "animal político" por naturaleza. Sólo  los dioses pueden vivir aislados. La fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los hombres a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y finalmente en la ciudad-estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes). El buen funcionamiento de una ciudad-estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un mismo fin; se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad (Aristóteles, en su mentalidad clasista griega, no concibe el derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos).

Existen tres formas de legítimo gobierno: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno de los mejores) y república (gobierno de muchos). A esas formas rectas de gobierno se oponen la tiranía, la oligarquía y la democracia (Aristóteles entiende por "democracia" el gobierno de los pobres). No se puede decir cuál de las tres es mejor, pues la teoría concreta para un pueblo hay que deducirla de una indagación objetiva de las varias formas históricas de gobierno, y definir según las circunstancias cuál es más conveniente para un determinado estado (Aristóteles recogió y estudió las constituciones de 158 estados). En principio, toda forma de gobierno es buena si quien gobierna busca el bien de los gobernados.

En la Ética a Nicómaco, Aristóteles, nos exhorta a que evitemos los extremos y escojamos “el término medio”, un modo de existencia practicado por el hombre virtuoso como forma de moderar los excesos del apetito. Quizás su apreciación sea cierta, pero  ¿qué? , el resultado no dejaría de ser un encefalograma plano… el cual no estamos muy dispuestos a aceptar.

No debemos olvidar que los ciudadanos, en la Grecia Aristotélica, tenían que ser hombres, y hombres Griegos  de tercera  generación. Las mujeres no contaban; su función principal, aun hoy para algunos partidos políticos y algunas ideologías trasnochadas, era la de reproductoras de hombres y la atención a los deberes  y obligaciones del hogar. Los trabajadores manuales también estaban descalificados porque los hombres debían dedicarse a una sola actividad, y, si el trabajo de los ciudadanos era la reflexión  y la virtud publica, estos no debían realizar trabajos manuales. La democracia ateniense, de conformidad con estos principios, estaba formada por muy pocas personas. Para Aristóteles  la igualdad entre las gentes conduce a la discordia. Por el contrario, la Jerarquía, conduce al orden. La Política de Aristóteles (¿?...)  es un intento de justificar la desigualdad entre los hombres, empezando por la estructura familiar...

Para desgracia nuestra, LA POLITICA, continúa ejerciendo su influencia en nuestro mundo moderno, en la actualidad, y se sigue utilizando para justificar las relaciones de desigualdad entre hombre y mujer  o entre patrón y trabajador, utilizando para ello, el muy políticamente correcto eslogan de la EXELENCIA, de conformidad con el canon de quienes lo imponen,  en todas las actividades del humano vivir: Un vistazo critico a nuestro alrededor  nos devuelve a esa dura realidad.