LA BIBLIA:
El Antiguo Testamento.
El Autor:
DIOS
EL GENESIS.
La
primera pregunta que nos hacemos frente a este texto es ¿Cómo es posible que
una obra que ha signado tanto a la humanidad, toda vez que las tres grandes religiones Cristianismo, judaísmo
y Mahometanismo tienen el mismo origen, sea un libro tan desconocido por un altísimo
porcentaje de sus afectados? Igualmente
debe reconocerse su falta de coherencia, su desconcertante deriva, su difícil comprensión,
y su terrible e impresionante significado histórico. Se nos presenta como la
historia autorizada de un pueblo, pero además, como la historia universal de
una parte significativa de la humanidad.
El génesis se nos presenta como la representación
del poder y su injerencia en los espíritus, es decir, su manifestación omnímoda frente a la vida
hasta convertirse en un amparo, en una protección, en un beneficio que sin
dejar de ser una amenaza estableció un convenio, un pacto especial que puede
repetirse hasta el infinito, en su misterio y esencia, en la arbitraria bendición de los hijos por paste de
sus padres.
En
el primer capítulo del Génesis el poder se impone todopoderoso. El poder te
obliga a obediencia ciega:
“Y
mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás”.
El Poder se impone
por sobre todas las cosas, Dios es absoluto; pasado el tiempo el poder, Dios,
da paso a la ley, un nuevo acuerdo, un nuevo contrato en las tablas de la ley,
con un mismo origen, Dios, y un mismo destino, Dios.
Pero las preguntas que nos hacemos frente al texto parecen no tener respuesta…
¿O, sí? ¿Por qué creo Dios al hombre a su imagen y semejanza -(Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar,
en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de
Dios lo creó; varón y hembra los creó)-, y luego, unas líneas más adelante
vuelve a crearlo del polvo de la tierra –(Entonces
Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento
de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al
oriente; y puso allí al hombre que había formado)- sin más?. ¿Entonces
es el hombre una imagen de Dios o una simple vasija de barro? ¿Es espíritu o es
simplemente materia? ¿Es el hombre una mezcla de ambas cosas? ¿Y, en qué proporción?
¿Por qué Dios castiga el conocimiento del bien y del mal?
El libro es
escabroso… ¿de verdad se acostaron las hijas de Lot con su padre, después de que estas perdieran
a sus maridos en Sodoma, para perpetuar el linaje? Es difícil, por decir lo
menos, reconciliar el texto con nuestra concepción de la vida, con nuestra
memoria, tan atiborrada de imágenes que hacen referencia a este libro que de una u otra forma ha modificado la conducta de la civilización
occidental.
El génesis pone de
manifiesto que el hombre es solo una bestia inferior, eso es lo que le manifiesta Dios a Job, el poder no se cuestiona, simplemente
se obedece. Dios es, todo lo demás no existiría sin él. Debemos comprender pues
que nuestra existencia dependerá de nuestras inseguridades, que creamos o no,
tendremos que ser fuertes para mirar hacia adelante manteniéndonos en la brecha
de la vida.
La frase:
“Le diré a Dios: no me condenes; hazme saber por qué me
atacas…”; “¿Cuántos son mis delitos y mis pecados? Mi rebelión y mi pecado
Hazme conocer. ¿Por qué ocultas Tu Rostro?
JOB
La Obra:
EL LIBRO DE JOB.
Muchos consideran EL LIVBRO DE JOB como una de las piezas literarias más antiguas que existen. El patriarca Job, un hombre justo, de repente sufre las pérdidas de su propiedad y, uno por uno, todos sus hijos. Como si esto no fuera suficiente, él mismo es arrojado en un sufrimiento físico terrible. Una gran parte de este libro está dedicada a la discusión filosófica del sufrimiento entre Job y sus amigos. Los amigos le acusan diciéndole que de acuerdo con las leyes de la naturaleza, el sufrimiento viene como resultado del pecado. Job insiste en afirmar que él es bueno, y que el sufrimiento debe tener otro propósito. Los últimos capítulos nos dicen de qué modo su prosperidad la fue restaurada. Y el libro tiene un punto de vista diferente.
Este es un libro que nace del dolor. Tan insoportable era el sufrimiento de Job que hubiera preferido morir, o no haber nacido nunca. Por si fuera poco, su dolor se vio acrecentado por causa de sus amigos, que buscaban una explicación a su sufrimiento. La aflicción de Job puso tela de juicio el carácter y los caminos de Dios, aunque a la larga significo también el desarrollo de una relación más intima con Dios.
Bien afirma el poeta Rafael Pombo, seguramente después de leer el libro de Job, su propia insatisfacción en su poema Hora de Tinieblas:
“¡Oh, qué misterio espantoso
Es este de
la existencia!
¡Revélame
algo, conciencia!
¡Háblame,
Dios poderoso!
Hay no sé
qué pavoroso
En el ser de
nuestro ser.
¿Por qué
vine yo a nacer?
¿Quién a
padecer me obligua?
¿Quién dió
esa ley enemiga
De ser para padecer?
¿Por
qué salí de la nada
A
execrar la hora menguada
En
que mi vida empezó?
Y
una vez que se cumplió
Ese
prodigio funesto,
¿Por
qué el mismo que lo ha impuesto
De
él no me viene a librar?
¿Y
he de tener que cargar
un
bien contra el cual protesto?
¡AIma!
si vienes del Cielo,
Si
allá viviste otra vida
Si
eres imagen cumplida
Del
Soberano Modelo
¿Cómo
has perdido en el suelo
La
fe de tu original?
¿Cómo
en tu lengua inmortal
No
explicas al hombre rudo
Este
fatídico nudo,
Entre un Dios y un
animal?
O si es que
antes no exististe,
Y al abrir
del mundo al sol
Tú, divino
girasol
Gemela del
polvo fuiste,
¿Qué crimen
obrar pudiste?
¿Di, contra
quién, cómo y cuándo,
Que
estuviese a Dios clamando
Que al hondo
valle en que estás
Surgieses
tú, nada más
Que para expiarlo llorando?
Pues cuanto
ha sido y será
De Dios
reside en la mente,
Tanto
infortunio presente
¿No lo
completaba ya?
Y ¿Por qué,
si en él esta
Del bien la
fuente suprema,
Lanzó esa
voz o anatema
Un
mundo en que oye gemir
Y
un hombre que de él blasfema?
¿Cómo
de un bien infinito
Surge
un infinito mal,
De
lo justo lo fatal,
De
lo sabio lo fortuito?
¿por
qué está de Dios proscrito
El
que antes no le ofendió,
Y
por qué se le formó
Para
enloquecerlo así
De
un alma que dice sí
Y
un cuerpo que dice no?
¿Por
qué estoy en donde estoy
Con
esta vida que tengo
Sin
saber de dónde vengo,
sin
saber a dónde voy ;
Miserable
como soy,
Perdido
en la soledad
Con
traidora libertad
E
inteligencia engañosa,
Ciego
a merced de horrorosa
Desatada
tempestad?
Hoja
arrancada al azar
De
un libro desconocido
Ni
fin ni empiezo he traído
Ni
yo lo sé adivinar;
Hoy
tal vez me oyen quejar
Remolineando
al imperio
Del
viento; en un cementerio
Mañana
a podrirme iré,
Y
entonces me llamaré
Lo
mismo que hoy: ¡un misterio!
De
pronto así cual soñando
En
alta mar sorda v fuerte
Entre
la nada y la muerte
Me
encuentro a oscuras bogando;
Sopla
el tiempo, y ando, y ando,
Ignoro a donde y
porque
Y si interrogo a la
fe
Y a la razón pido
ayuda,
Una
voz me dice «duda»
Y
otra voz me dice «cree»
Con
menos alma, quizás
Sólo
la segunda oyera,
O
con más alma, pudiera
No
equivocarme jamás:
Entonces
creyera más,
O
al menos, dudara menos;
Pero,
a malos como a buenos
Plugo
al Señor conceder
Luz
bastante para ver
Que
estamos de sombras llenos.
La
debilidad por guía,
La
tentación por camino,
¿Es
de virtud el destino
Que
su bondad nos confía?
¿Es
fuerza que en lucha impía
Nos
pruebe el Genio del mal
Para
ir a un condicional
Anhelado
Paraíso?
¿Para
ser bueno es preciso
Poder
ser un criminal?
Mas...
¡soy libre! y ¿para qué?
Para
enrostrarme a mí mismo
EI
caer a un hondo abismo
Que
otro ha cavado a mi pie,
Y
renegar de la fe,
Luz
de mi infancia serena,
Y
fiar a un grano de arena
La
eternidad de mi ser,
Debiendo
yo responder
De
la creación ajena. (…)
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