El Autor
Dios.
El Nuevo Testamento:
Este libro hay que mirarlo como el producto de una época y de un lugar
determinado, es decir, debe analizarse dentro de su contexto histórico, dentro
del marco especial que rodeaba Palestina
bajo el Imperio Romano.
El Nuevo Testamento está
dividido en 27 libros:
Los 27
libros del Nuevo Testamento
LOS SANTOS EVANGELIOS
(4) |
|
(1)
|
|
CARTAS DE SAN PABLO
(14) |
|
(1)
|
|
(2)
|
|
(3)
|
|
(1)
|
|
(1)
|
|
De todos ellos debemos reseñar como fundamentales Los Cuatro Evangelios de
Mateo, Marcos Lucas y Juan por ser
considerados auténticos por la
jerarquía eclesiástica. Sobre la autoría de los
evangelios existen muchas dudas y lo que es probable es que Juan, Lucas,
Marcos y Mateo hubieran colaborado fragmentariamente en su composición. Lo
cierto es que el movimiento encabezado por Cristo, desde el punto de vista
histórico, no deja de ser un movimiento
de oposición dentro del judaísmo y un
episodio más de la relación del hombre
con el estado y con su época.
De los cuatro evangelios canónicos,
el de Mateo, es el que expone con mayor claridad las
enseñanzas de Jesus, incluido el sermón de la montaña.
La Frase:
“No penséis que he venido a
destruir la ley de los profetas. No he venido a destruir, sino a cumplir lo
prometido” –Dijo Jesus-
“Si eres el hijo de Dios, di que
estas piedras se conviertan en panes” –Dijo el tentador-
Mas él Respondió: “Esta escrito: no
solo de pan vive el hombre, sino de la palabra
que sale de la boca de Dios”. (Mateo 4,3-4)
LA OBRA:
El Evangelio de Mateo.
Este libro es anónimo, porque no está firmado. La
tradición atribuye su autoría a Mateo Leví, un recaudador de impuestos a quien
Jesús llamó para que le siguiera como uno de sus apóstoles. La
datación mayoritaria sitúa a este evangelio hacia el año 80, debido a que se
supone que describe la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70, antes
de que esta suceda; es decir, dicha descripción es tomada como una profecía que
posteriormente se cumpliría. El evangelio de Mateo
ha sido llamado el “evangelio judío”, porque muestra particular interés en los
asuntos de Israel. Más que ningún otro de los evangelios, tiene un gran énfasis
en las profecías del Antiguo Testamento cumplidas en Jesucristo, quien es el
Mesías esperado por los judíos.
En su
narración, Mateo retrata a Jesús como el Mesías, el “ungido de Dios” de quien
los profetas habían escrito. Por otra parte, Mateo tiene una estructura
bastante clara y organizada que se enfoca en los temas centrales de la
predicación de Jesucristo.
Un tema
distintivo en este evangelio es “el reino de los cielos”, ya que los judíos
esperaban al Cristo Reinante; Mateo narra las parábolas de Jesucristo aclarando
estos “misterios del reino” donde se explica que el reino de los cielos era
inaugurado inmediatamente con el ministerio del Señor, pero estaría en una
etapa de siembra y luego el Señor volverá para la etapa de siega y el juicio
final.
La lectura
de los evangelios, especialmente el de Mateo, inclusive para una persona no creyente, lo lo que más le llama la
atención no es la dura historia de su pasión y muerte, que también, sino su persistencia, su presencia
de ánimo, su firmeza, su fuerza y su sagacidad e inteligencia para llevar a buen término su propósito: La
redención de sus semejantes a través de
su propia muerte.
Un elevado
porcentaje de la historia de occidente surge de estos libros, guerras,
organización social, arte, teología e ideología, pensamiento en síntesis..
Los
evangelios, las epístolas y las cartas, fueron escritos por grupos de
cristianos militantes y se convirtieron
en las herramientas más eficaces para extender su mensaje, mensaje que no pocas veces ha sido tergiversado para
servir a mezquinos intereses
contrariando el principio fundamental
para el cual fue creado: El entendimiento
igualitario de ésta humanidad agobiada y doliente.
La lectura
de estos textos, desde un punto de vista laico, constituirá, para
cualquiera que lo intente, una
experiencia conmovedora y vital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario