Geoffrey Chaucer.
Geofrey Chaucer(1343-Londres, 1400)
Poeta iingles. Se cree que asistió a la escuela de gramática latina de la
catedral de San Pablo y que estudió leyes en el Inns of Court. En 1357 era paje
de la condesa del Ulster, y más tarde (h. 1367) escudero de Eduardo III. Hombre
cercano a la corte, alrededor de 1366 contrajo matrimonio con Philippa Roet,
dama de compañía de la reina.
Conocedor de la literatura
cortesana francesa, su influencia se deja sentir en la primera parte de su obra.
Esta influencia es así mismo patente en el Libro de la duquesa (1374),
su primera obra, escrita en tono elegíaco y dedicada a su protector, Juan de
Gante, con motivo de la muerte de su primera esposa, Blanche.
Viajo a Italia en 1372, para
cerrar un acuerdo comercial, entrando en
contacto con la literatura italiana, de cuya influencia son una clara muestra
sus poemas La casa de la Fama (1380) y El parlamento de las aves
( 1382).
La obra más ambiciosa de Chaucer
es, sin embargo, Los cuentos de Canterbury, conjunto de relatos en verso
inspirados en el El decamerón, que debió de componer entre 1386 y 1400.
Chaucer se rebeló como un gran artista conocedor del alma humana, capaz de
imprimir gran vivacidad a la narración e impregnarla de un humor malicioso y
profundamente humano.
El hilo conductor de la obra es la
peregrinación de una serie de personajes, procedentes de todos los estamentos
sociales, a la catedral de Canterbury, donde se encuentra la tumba de santo
Tomás Becket. En ellos es manifiesta la ambigüedad en la relación con la
Iglesia y la religión que marca otras obras del poeta.
Chaucer es considerado como el mas
enérgico escritor Ingles después de Shakespeare.
“Cuando me acuerdo de mi juventud y de mi alegría, me cosquillean las
fibras de mi corazón. Hoy dia constituye el consuelo de mi alma el haber
corrido el mundo en mis tiempos. Mas, ¿ay!, la edad, que todo lo inficiona, me
ha despojado de mi belleza y de mi energía. ¡Vayan en hora buena y el diablo
cargue con ellas! La flor de la harina se acabo, y ahora tengo que vender el
salvado como mejor pueda…”.
Chaucer.
LA OBRA:
LOS CUENTOS DE CANTERBURY
Un grupo de peregrinos se dirige con ansiosa fe a la catedral de
Canterbury y, para entretenerse en las largas noches de descanso y en los días
de fatigoso caminar, se dedican a relatar distintos cuentos: historias
dramáticas de amor, relatos divertidos, picarescos o directamente eróticos,
como el de El Mercader, El
Fraile, El Cocinero, El Molinero, La
Mujer de Bath, … Así, los
componentes del peregrinaje narran la historia del joven Nicola que conquista a la mujer del rico leñador Giovanni aprovechando la superstición de éste, y también la de dos estudiantes que
se vengan del molinero Simkin, ladrón de harina. La historia del inocente Perkin, que
es expulsado de su pueblo y acaba arruinado, la de la viuda de Bath,
que continúa destruyendo con su insaciabilidad a sus maridos y heredando sus
bienes, o la de un rico y anciano solterón
que se decide a tomar como mujer a la jovencísima Maggio, quien lo traiciona con un hermoso muchacho, forman también parte de
los cuentos que narran para sustraerse a la monotonía del viaje. Y mientras las
aventuras se suceden, un escribiente sigue tomando nota de los sucesos,
humorísticamente e ironizando sobre las debilidades humanas.
Prólogo del cuento de la mujer de
Bath .
Aunque
ninguna autoridad hubiera en este mundo, sériame muy suficiente la experiencia
para hablar de las miserias que encierra el matrimonio. Porque, señores, desde
que cumplí doce años de edad (gracias sean dadas a Dios, que es eterno), he
llevado cinco maridos al porche de la iglesia, pues yo me he casado muchas
veces; y todos fueron hombres dignos en su clase. Mas a mí me han dicho,
ciertamente, no hace mucho tiempo, que puesto que Cristo no fue jamás sino una
vez a las bodas de Cana, de Galilea, por ese mismo ejemplo Él me enseña que yo
no debía de haberme casado sino una sola. Escuchad y ved también, a este propósito,
las severas palabras que Jesús, Dios y hombre, pronunció junto a un pozo,
reprendiendo a la Samaritana: "Tú has tenido cinco maridos, y el hombre
que ahora te posee no es tu marido", dijo Él en verdad. Lo que quiso
significar con eso yo no sé manifestarlo; mas pregunto: ¿por qué el quinto
hombre no era marido para la Samaritana? ¿Cuántos podía ella tener en
matrimonio? A mi edad todavía no he oído jamás interpretación clara acerca de
este número, pudiéndose conjeturar y explicar de uno y otro modo. Lo que yo sé
con toda exactitud y sin mentir es que Dios nos mandó crecer y multiplicarnos;
ese texto excelente lo comprendo a maravilla. Bien sé yo también que Él dice
que mi marido dejará a su padre y a su madre para tomarme; pero no hace mención
de número alguno, ni de bigamia u octogamia. ¿Por qué censurarlo? Ved al rey
sabio, don Salomón. Me parece que él tuvo más de una mujer. ¡Así quisiera Dios
me fuese permitido recrearme la mitad de veces que él! ¡Qué don recibió de Dios
mediante todas tus mujeres! Ningún ser de este mundo lo alcanzó. A mi juicio,
este noble rey sabe Dios cuántos alegres accesos tuvo la primera noche con cada
una de ellas: ¡tan bien le fue en vida! ¡Bendito sea Dios, que yo me he casado
con cinco! A los cuales he saqueado lo mejor de su bolsa y de su arca. Diversas
escuelas producen sabios perfectos, y varias prácticas en muchos trabajos
diferentes hacen, en verdad, perfecto al artífice. Yo soy estudiante de cinco
maridos. Bienvenido el sexto cuando quiera que haya de venir. Porque,
realmente, yo no deseo mantenerme casta del todo; luego que mi marido salga de
este mundo, algún cristiano tiene que desposarme enseguida, pues el Apóstol
dice que entonces estoy libre para casarme, en nombre de Dios, como m plazca.
El e asegura que casarse no es pecado, y que mejor es casarse que quemarse.
¿Qué cuidado se me da, aunque la gente hable mal del perverso Lamech y de su
bigamia? De sobra sé yo que Abraham fue un santo varón, así como también Jacob,
según mi entender; sin embargo, cada uno de ellos tuvo más de dos mujeres, e
igualmente otros muchos hombres santos. ¿Cuándo visteis vosotros jamás, en
época alguna, que el Altísimo prohibiera el matrimonio con palabras expresas?
Os ruego me lo digáis. ¿O dónde prescribió Él la virginidad? Yo sé tan bien
como vosotros, sin duda alguna, lo que dice el Apóstol acerca de la virginidad,
a saber: que no hay precepto ninguno respecto de ella. Se puede aconsejar a una
mujer que permanezca virgen; pero el consejo no es mandamiento. Él lo deja a
nuestro propio juicio; porque si Dios hubiese ordenado la doncellez, por ese
mero hecho habría condenado el matrimonio; y, verdaderamente, si no se hubiera
sembrado ninguna semilla, ¿de dónde procedería entonces la virginidad? Por
último, P ablo no se atrevió a mandar una cosa acerca de la cual no dictó
precepto su Maestro. El dardo está colocado en la meta para la virginidad;
obténgalo el que pueda, y veamos quién corre más. Pero esta palabra no se
refiere a todos sino a quien Dios le place concederla, en virtud de su poder.
Yo bien sé que el Apóstol era virgen; mas aunque él escribió y dijo que
desearía fuesen todos como él, no era sino aconsejando la virginidad.
Indulgentemente me dio licencia para ser mujer casada; así que no es censurable
que yo me case si mi marido muere, sin que haya en esto caso de bigamia, bien
que fuera bueno no tocar a mujer -él quiere decir en el lecho, en la cama-;
porque es peligroso juntar fuego y estopa. Ya .sabéis la significación de este
ejemplo. En suma: él tenía virginidad más perfecta que matrimonio con
fragilidad. Llamo yo fragilidad a si él y ella se mantienen castos toda su
vida.
CHAUCER.
No hay comentarios:
Publicar un comentario