"UN HOGAR SIN LIBROS ES COMO UN CUERPO SIN ALMA"
"VEO QUE ME HA SUCEDIDO LO MISMO QUE OCURRE A LOS MANUSCRITOS PEGADOS EN SUS ROLLOS TRAS LARGO TIEMPO DE OLVIDO:HAY QUE DESENROLLAR LA MEMORIA Y DE VEZ EN CUANDO SACUDIR TODO LO QUE ALLÍ SE HALLA ALMACENADO"
SENECA-

jueves, 22 de septiembre de 2011


Las Flores Del Mal


Charles Baudelaire



Considerado   el padre de la poesía moderna, publicó en 1857 su máxima obra, "Las flores del mal", desatando una gran controversia por considerarla como una ofensa contra la moral pública. Luego aparecieron "Pequeños poemas en prosa" y Paraísos artificiales publicados en 1860.
Poeta, novelista y crítico de arte, nacido en París en 1821.
La sífilis que contrajo debido a su vida desordenada, le produjo afasia y una parálisis parcial que lo condujo a la muerte en 1867.
"Curiosidades estéticas", "El arte romántico", "Mi corazón al desnudo" y su "Epistolario"  se publicaron después de su muerte-

La vida  bohemia lo mantiene en el ambiente  de los bajos fondos. Las mujeres que llenan  su vida son pequeñas aventureras y prostitutas, como Jeanne Duval, una actriz mulata que representa un papel muy secundario en un vodevil del Teatro Partenón a quien conoce en 1843. A pesar de la vulgaridad, de frecuentes desavenencias y de las infidelidades de la mulata, Baudelaire vuelve siempre a ella y durante toda su vida estaría ligado a esta  mujer. Desempeñará un papel fundamental en la vida del poeta. sus mejores poemas son paradójicamente el fruto de estos oscuros amores, que aparece en los poemas "Perfume exótico", "La cabellera", "Te adoro igual que a la bóveda nocturna", "Meterías al universo entero en tu callejuela", "Sed non satiata", "Con sus ropas ondulantes y nacaradas", "La serpiente que danza", "El vampiro", "Remordimiento póstumo", "El gato", "Duellum", "El balcón", "Un fantasma", "Te doy estos versos para que si mi nombre" y "Canción de primeras horas de la tarde". Probablemente inspira también al poeta los poemas "El bello navío", "La invitación al viaje" y "La Beatriz".





LA FRASE:

“Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar”.

 LA OBRA:




Los beneficios de la luna

Por Charles Baudelaire
Versión desconocida


La luna, que es capricho por antonomasia, miró por la ventana mientras dormías en la cuna, y se dijo:"Me gusta esa niña". Entonces descendió suavemente por su escalera de nubes y atravesó sin hacer ruido los cristales. Luego, se inclinó sobre ti con la dulce ternura de una madre y te dio con sus colores en el rostro. De ahí que tus ojos en adelante fueran verdes y tus mejillas extraordinariamente pálidas. Por haber contemplado a la que te visitó; tienes esos ojos tan extrañamente grandes; y por haberte estrechado el cuello con tanta ternura, se te quedó para siempre las ganas de llorar.
Al mismo tiempo, cuando la luna expresó su alegría, llenó todo tu cuarto de una atmósfera fosforescente, de un veneno luminoso, y toda esa luz viviente pensaba y decía "Estarás eternamente influenciada por mi beso. Serás hermosa a mi manera. Amarás lo que yo amo y lo que me ama: el agua, las nubes, el silencio, y la noche, el mar verde e inmenso, el agua informe y multiforme, el lugar donde no estés, el amante que no conocerás, las flores monstruosas, los perfumes que hacen delirar, los gatos que se quedan extasiados sobre un piano y que gimen como las mujeres con una voz ronca y dulce.
Y serás amada por quienes me aman, cortejada por quienes me cortejan. Serás la reina de los hombres de ojos verdes, a quienes también estreché el cuello con mis caricias nocturnas de los que aman el mar, el mar inmenso, tumultuoso y verde, el agua informe y multiforme, el lugar donde no están, la mujer a quien no conocen, las flores siniestras que parecen incensarios de una religión desconocida, los perfumes que turban la voluntad, y los animales salvajes y voluptuosos que son los emblemas de su locura".
Y por todo eso, maldita y querida niña mimada, estoy ahora postrados a tus pies, buscando en toda tu persona el reflejo de la diosa terrible, de la madrina fatídica, de la nodriza envenenadora de todos los lunáticos.

LA OBRA:

"Les FIeurs du Mal no son una obra de arte en la que se pueda penetrar sin preparación. Aquí no estamos ya en el mundo de la banalidad universal. La mirada del poeta baja sin detenerse ni un solo momento en unos círculos infernales que quedaban por explorar, y lo que allá ve y oye no recuerda ni de lejos los romances de moda. De allí brotan lamentaciones y quejas, cantos extáticos, blasfemos, gritos de dolor y de angustia Las torturas de la pasión, la ferocidad y la cobardía social, los ásperos sollozos de la desesperación, la ironía y el desdén, todo se mezcla fuerte y armoniosamente en esta pesadilla dantesca iluminada de trecho en trecho por claros por los cuales el espíritu lanza el vuelo hacia la paz y la alegría ideales..."

                                                                                             Théophile Gautier

Baudelaire afirmo en “Mi corazón al desnudo” que “Existe en todo hombre, y a todas horas,  dos postulaciones simultaneas: una hacia Dios y otra hacia Satán. La invocación a Dios, o espiritualidad, es un deseo de ascender de grado; la de Satán, o animalidad, es el gozo en rebajarse”. De la lectura  de Las Flores del Mal, y de la obra de Baudelaire en general, deducimos que la llamada del mal es tan consubstancial al hombre  como la  necesidad de ascender a las alturas del espíritu, lo apolíneo y lo dionisiaco se funden en un solo ser dejando al descubierto la  tensa complejidad del alma humana resumida en el titulo de su obra  fundamental, “Las flores del Mal”: a la belleza de las flores del bien había que agregar  la “belleza” de las  flores del mal. Entre la truculencia y el refinamiento de la obra, la pasión desorbitada  y la lucidez, el acercamiento a Dios y el abrazo del infierno, Las Flores del Mal, influyeron la sociedad de su tiempo despertando entre sus contemporáneos un feroz  rechazo, incluso un proceso judicial. Baudelaire consiguió sacudir las conciencias de su tiempo pero también supero la poética de la época trazando un nuevo sendero por el cual circularon posteriormente Rimbaud, Mallarme y Lautreamont  y  los surrealistas. Con Baudelaire se cierra una época de la poesía Francesa y se abre una nueva.

La Destrucción
“A mis costados, sin cesar, se agita el Demonio; flota alrededor mío como un aire impalpable; lo aspiro y siento que abrasa mis pulmones y los llena de un deseo eterno y culpable.

A veces toma (conoce mi gran amor por el Arte) la forma de la más seductora de las mujeres y, bajo especioso pretexto de aburrimiento, acostumbra mis labios a filtros infames.

Me conduce así lejos de la mirada de Dios, jadeante y rendido de fatiga, en medio de las llanuras del Hastío, profundas y desiertas, y lanza a mis ojos llenos de confusión ¡vestidos manchados, heridas abiertas y el parto sangriento de la Destrucción!

 Charles Baudelaire/ LAS FLORES DEL MAL.





EPÍGRAFE PARA UN LIBRO CONDENADO

Lector apacible y bucólico,
Ingenuo y sobrio hombre de bien,
Tira este libro saturniano,
Melancólico y orgiástico.

Si no cursaste tu retórica
Con Satán, el decano astuto,
¡Tíralo! nada entenderás
O me juzgarás histérico.

Mas si de hechizos a salvo,
Tu mirar tienta el abismo,
Léeme y sabrás amarme;

Alma curiosa que padeces
Y en pos vas de tu paraíso,
¡Compadéceme!... ¡O te maldigo!



PROYECTO DE EPÍLOGO

Para la segunda ecición de "Las flores del mal"

Tranquilo como un sabio, manso como un maldito, dije:
Te amo, oh mi beldad, oh encantadora mía...
Cuántas veces...
Tus orgías sin sed, tus amores sin alma,
Tu gusto de infinito
Que en todo, hasta en el mal, se proclama,

Tus bombas, tus puñales, tus victorias, tus fiestas,
Tus barrios melancólicos,
Tus suntuosos hoteles,
Tus jardines colmados de intrigas y suspiros,
Tus templos vomitando musicales plegarias,
Tus pueriles rabietas, tus juegos de vieja loca,
Tus desalientos;

Tus fuegos de artificio, erupciones de gozo,
Que hacen reír al cielo, tenebroso y callado.

Tu venerable vicio, que en la seda se ostenta,
Y tu virtud risible, de mirada infeliz
Y dulce, extasiándose en el lujo que muestra...

Tus principios salvados, tus vulnerables leyes,
Tus altos monumentos donde la bruma pende,
Tus torres de metal que el sol hace brillar,
Tus reinas de teatro de encantadoras voces,
Tus toques de rebato, tu cañón que ensordece,
Tus empedrados mágicos que alzan las fortalezas,

Tus parvos oradores de barrocas maneras,
Predicando el amor, y tus alcantarillas, pletóricas de sangre,
En el Infierno hundiéndose como los Orinocos.
Tus bufones, tus ángeles, nuevos en su oropel.
Ángeles revestidos de oro, jacinto y púrpura,
Sed testigos, vosotros, que cumplí mi deber
Como un perfecto químico, como un alma devota.

Porque de cada cosa la quintaesencia extraje,
Tú me diste tu barro y en oro lo troqué.




TRISTEZAS DE LA LUNA

Esta noche la luna sueña con más pereza,
Cual si fuera una bella hundida entre cojines
Que acaricia con mano discreta y ligerísima,
Antes de adormecerse, el contorno del seno.

Sobre el dorso de seda de deslizantes nubes,
Moribunda, se entrega a prolongados éxtasis,
Y pasea su mirada sobre visiones blancas,
Que ascienden al azul igual que floraciones.

Cuando sobre este globo, con languidez ociosa,
Ella deja rodar una furtiva lágrima,
Un piadoso poeta, enemigo del sueño,

De su mano en el hueco, coge la fría gota
como un fragmento de ópalo de irisados reflejos.
Y la guarda en su pecho, lejos del sol voraz.




LA CAMPANA HENDIDA

En las noches de invierno es amargo y es dulce
Escuchar, junto al fuego que palpita y humea,
Como se alzan muy lentos los recuerdos lejanos
Al son de carillones que suenan en la bruma.

¡Feliz campana aquella de enérgica garganta
Que, pese a su vejez, conservada y alerta,
Con fidelidad lanza su grito religioso
Como un viejo soldado que vigila en su tienda!

Pero mi alma está hendida, y, cuando en sus hastíos,
Quiere poblar de cantos la frialdad nocturna,
Con frecuencia sucede que su cansada voz

Semeja al estertor de un herido olvidado
Junto a un lago de sangre, bajo un montón de muertos,
Que expira, sin moverse, entre esfuerzos inmensos.




ELEVACIÓN

Por encima de estanques, por encima de valles,
De montañas y bosques, de mares y de nubes,
Más allá de los soles, más allá de los éteres,
Más allá del confín de estrelladas esferas,

Te desplazas, mi espíritu, con toda agilidad
Y como un nadador que se extasía en las olas,
Alegremente surcas la inmensidad profunda
Con voluptuosidad indecible y viril.

Escápate muy lejos de estos mórbidos miasmas,
Sube a purificarte al aire superior
Y apura, como un noble y divino licor,
La luz clara que inunda los límpidos espacios.

Detrás de los hastíos y los hondos pesares
Que abruman con su peso la neblinosa vida,
¡Feliz aquel que puede con brioso aleteo
Lanzarse hacia los campos luminosos y calmos!

Aquel cuyas ideas, cual si fueran alondras,
Levantan hacia el cielo matutino su vuelo
-¡Que planea sobre todo, y sabe sin esfuerzo,
La lengua de las flores y de las cosas mudas!




LA DESTRUCCIÓN

A mi lado sin tregua el Demonio se agita;
En torno de mi flota como un aire impalpable;
Lo trago y noto cómo abrasa mis pulmones
De un deseo llenándolos culpable e infinito.

Toma, a veces, pues sabe de mi amor por el Arte,
De la más seductora mujer las apariencias,
y acudiendo a especiosos pretextos de adulón
Mis labios acostumbra a filtros depravados.

Lejos de la mirada de Dios así me lleva,
Jadeante y deshecho por la fatiga, al centro
De las hondas y solas planicies del Hastío,

Y arroja ante mis ojos, de confusión repletos,
Vestiduras manchadas y entreabiertas heridas,
¡Y el sangriento aparato que en la Destrucción vive!




REVERSIBILIDAD


Ángel lleno de gozo, ¿sabes lo que es la angustia,
La culpa, la vergüenza, el hastío, los sollozos
Y los vagos terrores de esas horribles noches
Que al corazón oprimen cual papel aplastado?
Ángel lleno de gozo, ¿sabes lo que es la angustia?

Ángel de bondad lleno, ¿sabes lo que es el odio,
Las lágrimas de hiel y los puños crispados,
Cuando su infernal voz levanta la venganza
Ven capitán se erige de nuestras facultades?
Ángel de bondad lleno: ¿sabes lo que es el odio?

Ángel de salud lleno, ¿sabes lo que es la Fiebre,
Que a lo largo del muro del lechoso hospital,
Como los exiliados, marcha con pie cansino,
En pos del sol escaso y moviendo los labios?
Ángel de salud lleno, ¿sabes lo que es la Fiebre?

Ángel de beldad lleno, ¿sabes de las arrugas?
¿Y el miedo a envejecer, y ese odioso tormento
De leer el secreto horror del sacrificio
En ojos donde un día los nuestros abrevaron?
Ángel de beldad lleno, ¿sabes de las arrugas?

¡Ángel lleno de dicha, de luz y de alegría!
David agonizante curación pediría
A las emanaciones de tu cuerpo hechicero;
Pero de ti no imploro, ángel, sino plegarias,
¡Ángel lleno de dicha, de luz y de alegría!

David: alusión a la leyenda, según la cual, el rey David, debilitado por la edad,
trató de recobrar sus fuerzas mediante el contacto con cuerpos jóvenes.






Carlos Herrera Rozo.


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