"UN HOGAR SIN LIBROS ES COMO UN CUERPO SIN ALMA"
"VEO QUE ME HA SUCEDIDO LO MISMO QUE OCURRE A LOS MANUSCRITOS PEGADOS EN SUS ROLLOS TRAS LARGO TIEMPO DE OLVIDO:HAY QUE DESENROLLAR LA MEMORIA Y DE VEZ EN CUANDO SACUDIR TODO LO QUE ALLÍ SE HALLA ALMACENADO"
SENECA-

miércoles, 21 de septiembre de 2011


 La Tragedia.

Para no desentonar volvemos con los clásicos, con la Tragedia Griega, tanto por su importancia literaria como por su ejemplarizante interpretación de su mundo. A través  de la historia, el hombre ha dirigido su atención hacia su  mundo interior. Gracias a esta búsqueda de lo intrínsecamente humano hemos podido disfrutar de grandes producciones artísticas, filosóficas y literarias  como las tragedias griegas.  En ellas, se narran las aventuras del hombre, que explora los abismos y vericuetos de su conciencia, todos sus demonios interiores con sus luces y sus sombras.

En el año 334 a.C. Aristóteles postuló que la tragedia (mediante una serie de circunstancias que suscitan piedad o terror) es capaz de lograr que el alma se eleve y se purifique de sus pasiones.

ESQUILO


Nacido en Eleusis, 525 a.C.- murió en Sicilia, 456 a.C.)  Esquilo vivió en un período de grandeza para Atenas, tras las victorias contra los persas en las batallas de Maratón y Salamina, en las que participó directamente, SE CONVIRTIO EN EL PRIMERO DE LOS GRANDES TRAGICOS DE GRECIA. Tras su primer éxito literario, Los persas (472 a.C.), Esquilo realizó un viaje a Sicilia, llamado a la corte de Hierón, adonde volvería unos años más tarde para instalarse definitivamente.

De las cerca de noventa obras que escribió Esquilo, sólo se han conservado completas siete, entre ellas una trilogía, la Orestíada (Agamenón, Las coéforas y Las Euménides, 478 a.C.), Las Suplicantes (490 a.C.), Los Siete contra Tebas (467 a.C.) y Prometeo Encadenado. Esquilo es considerado el creador de la tragedia griega, a partir de la lírica coral, al introducir un segundo actor en escena, lo cual permitió independizar el diálogo del coro, aparte de otras innovaciones en la escenografía y la técnica teatral.

Esquilo llevó a escena los grandes ciclos mitológicos de la historia de Grecia, a través de los cuales reflejó la sumisión del hombre a un destino superior incluso a la voluntad divina, una fatalidad eterna  que rige la naturaleza y contra la cual los actos individuales son estériles. En sus obras, el héroe trágico, que no se encuentra envuelto en grandes acciones, aparece en el centro de este orden cósmico; el valor simbólico pasa a primer término, frente al tratamiento psicológico.

La Frase

 1 Quien se halla libre de desgracia, cuida de no dar consejos ni reconvenciones a quien es infortunado.

2   Ni aun permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar a la sentencia de su destino.

3   Los que son envidiados nunca son completamente felices. Envidados

 4   El hombre que nadie envidia no es feliz.

5   Es una gran felicidad ver a nuestros hijos alrededor de nosotros; pero de esta buena fortuna nacen las mayores amarguras del hombre.

6   La mayor parte de los hombres prefieren parecer que ser.

7   El infortunio es un lazo que une a los hombres tanto como la misma naturaleza. I

 8   Todas las aguas de los ríos no pueden lavar la mano ensangrentada del homicida.

9   La memoria es la madre de toda la sabiduría.

10   La mejor salud tiene un límite; la enfermedad le anda rondando siempre.



La obra:


El género trágico represento una  perfecta síntesis  de las tensiones culturales que vivía La Grecia Clásica entre las creencias religiosas tradicionales y las nuevas tendencias racionalistas y democráticas.
Durante mucho tiempo Grecia fue un centro marítimo y comercial. Pero cuando se invento el teatro y  la filosofía se convirtió en el centro del mundo, Atenas,  se convirtió  en una ciudad cosmopolita. La Historia de la guerra de Troya, las acciones violentas y el erotismo, sin riendas, de los Dioses y de los hombres es la materia prima de la tragedia griega que vulnera  la trascendencia moral de lo sagrado y lo telúrico. Quienes asistían a las representaciones teatrales conocían los mitos y las  historias griegas por lo que los autores no tenían que  explicar nada quedando en libertad  para ofrecer sus interpretaciones ceñidas a la costumbre o a su propio criterio.

La Orestíada, la primera obra  de la trilogía, que constituye, a su vez, el comienzo de la  tragedia que nos presenta la leyenda  que Homero acepto como trágicamente  gloriosa, ahora aparece como  turbia y perversa: Agamenón regresa de las guerra de Troya victorioso, pero  el coro nos hace pensar que el sitio de Troya no ha sido una victoria sino una profanación. La guerra es un acto de venganza que está salpicada de mentiras, atrocidades y obscenidades: (Agamenón sacrifica  a su hija Ifigenia para apaciguar a los Dioses) y de atrocidades en los momentos más álgidos.

La Orestíada está compuesta partiendo de dos leyendas: La de Troya y la del Tesoro de Atreo. Sacrificios, adulterios,  asesinatos. Todo se reduce al crimen primigenio en el que Atreo, padre de Agamenón, se enfado de tal manera con su  hermano Tiestes que descuartizo a los hijos de este y se los sirvió en suculento guiso. Uno de los hijos  logro huir del festín: Egisto, que años después seducirá a Clitemnestra, la mujer de Agamenón, mientras el rey está en Troya, y usurpara el trono. Cuando Agamenón regresa a casa Clitemnestra lo convence para que baje del carro triunfal a una esplendida alfombra. Minutos más tarde Clitemnestra y Egisto, que estaba esperando, arrojan una red sobre el rey y lo matan en su bañera.

En el resto de la trilogía, los hijos de Agamenón se  vengan de su madre  y del amante de ésta, y las Furias, las arpías castigadoras, acosan a los vengadores. Hasta que la diosa Atenea convoca a un  jurado formado por atenienses para dictar sentencia. Orestes el hijo de Agamenón es liberado; la ley triunfa, triunfa la justicia y todo lo que se encontraba entre tinieblas se desvanece. La Orestíada, probablemente su obra más madura, proporciona una intensa visión de sus conceptos de justicia y piedad y de su creencia en una voluntad divina con ayuda de la cual la humanidad puede alcanzar la sabiduría a través del sufrimiento.  

La trilogía de Esquilo muestra con  claridad los orígenes rituales de la tragedia griega: los  primeros recitados del coro conducen al asesinato por venganza de Agamenón, y así se sucede una tremenda serie de crímenes y sufrimientos. Tenemos que concluir que el mundo Griego, ese mundo entre lo Apolíneo y lo Dionisiaco, está firmemente adherido a sus rituales primigenios, siguen teniendo, a pesar de  la filosofía,  el arte y la democracia, una  gran importancia emocional que los conduce  a preferir el drama a la comedia, al melodrama. En el drama, pasas de participar en las plegarias y rituales  a ser un espectador. Nace el actor, y nace el espectador. El espectador ve  y oye, pero ni se le  ve  ni se le oye

Históricamente fue Pisistrato quien fundó las fiestas panateneas, a las que acudían ciudadanos de otros estados ciudad para competir. Pisistrato necesitaba ampliar las relaciones comerciales con otros estados  y ampliar su prestigio para lo que estableció el Teatro de Dionisos: Dionisos era el dios  del sexo, la diversión y la embriaguez. Y decidió que se celebrara una competición entre los poetas: Representarían una comedia, una sátira y una tragedia. En los ritos Dionisiacos los individuos se desentienden por completo de sí mismos exhibiendo, a menudo, una promiscuidad sexual que invalida las leyes de la tribu. Este desenfreno pedía a gritos la intervención de Apolo, de la racionalidad y la  creación del coro, para poder presentarse, transformado, en el devastador arte de la tragedia. Pero es lo Dionisiaco, el frenesí, la materia prima de la tragedia.




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